«Caminando con Andrés» de Cai Tomos + Debajo del Sombrero // 2 de noviembre de 2017 // Naves Matadero -CIAV // Madrid
“Estoy abierto a lo que me puedan ofrecer. Me dejo llevar de la mano.”
“No sé muy bien ni por dónde vamos a ir ni qué situaciones vamos a vivir”
“Es la primera vez que vengo a una experiencia como esta. Mi hijo me ha dicho que es una sorpresa. De momento no sé mucho más.”
Les Matarifes invitados, nos hablan de sus expectativas momentos antes de comenzar la función.
Les Matarifes invitados, nos hablan de sus expectativas nada más terminar la función.
Les Matarifes invitados nos envían un correo electrónico, una semana después, con el recuerdo que tienen de lo acontecido.
Seguí casi en primera línea detrás de Andrés. Salimos de Matadero siguiendo la Ribera del Manzanares que le corresponde, sin hablar, observando todo lo que había a nuestro alrededor: jóvenes bailando, deportistas y corredores de todas las edades. Yo particularmente hice un paseo por mi pasado, estuve viviendo por la zona durante tres años con mis queridos suegros y la madre de mis hijos. Este paseo fue delicioso por revivir aquella época, recreándome en el disfrute.
Nuestro guía Andrés, llevaba un buen ritmo de velocidad pero asincrónico corporalmente. Andaba muy recto y me llamó la atención como no balanceaba cuerpo, caderas y hombros, iba muy rígido.
La despedida fue acorde a su comportamiento: Andrés se despidió prácticamente sin parar de caminar, aunque pudimos ofrecerle un sincero y cariñoso aplauso.
Recuerdo el protagonismo del silencio a lo largo del paseo.
Apagar la voz y las manos para no hablar y prestar toda la atención a la observación.
El clap clap de los pasos sobre el suelo del matadero, el crujir de la tierra al andar sobre los caminos sin asfaltar del Madrid Río.
Rojo tenue del Matadero frente a monstruo de luz blanca al otro lado del río.
Juego en el camino. Equilibristas que se cruzan por el bordillo.
Sentimiento de manada que sigue a un guía, a veces rebaño. Ocupando todo el espacio del carril, dificultando el paso de quienes vienen en sentido contrario y casi obligando a los que vienen detrás a seguir nuestro ritmo sin dejarles traspasar nuestra línea.
Descubrimiento. Calles nunca transitadas por mí.
Y a lo largo de todo el paseo, un pensamiento.
¿Qué sentirá Andrés al notar nuestra presencia siguiendo sus pasos?
Me ha gustado caminar con él.
El paseo con Andrés me gustó mucho. Como ya dije, estoy acostumbrada a pasear en silencio y pasear con tanta gente junta, en silencio, fue muy curioso.
Muy interesante poder descubrir un barrio de Madrid y hacer un recorrido que, de haber estado sola, seguramente no hubiera hecho.
Gracias por la invitación y por hacer cosas artísticas como esta.