«Deadtown» de The Forman Brother’s Theatre // 26 de enero de 2018 // Naves Matadero -CIAV // Madrid
«Grandes expectativas y muy poca información. Pero me apetece siempre mucho lo que se está programando en Matadero últimamente, entonces vengo con muchas confianza. Ganas de ver esta re-lectura del western…»
«No sé de qué va, ni he buscando ningún tipo de información. Quiero ver qué sucede y qué me sucede viendo la obra…»
«No quería mirar nada sobre la obra, pero al final sí lo he hecho. Mis expectativas son ahora mismo una incógnita… Eso sí, ¡Tengo muchas de verlo!»
Les Matarifes invitados, nos hablan de sus expectativas momentos antes de comenzar la función.
Les Matarifes invitados, nos hablan de sus expectativas nada más terminar la función.
Les Matarifes invitados nos envían un correo electrónico, una semana después, con el recuerdo que tienen de lo acontecido.
Ha pasado ahora un tiempo desde que vi Deadtown y mi impresión sigue siendo similar a la que tuve al salir. Es una pieza muy trabajada, ingeniosa, con aportaciones técnicas y efectos cuidados que crean un tono muy particular y que funciona muy bien. Los intérpretes son estupendos y realizan un magnífico trabajo.
A pesar de todo ello la propuesta me parece excesivamente superficial, se queda en lo anecdótico y pierde interés. La relación de los orígenes del cine con la documentación de la vida en el oeste americano es fascinante, y algunas de las primeras filmaciones que se conocen fueron de grupos de indios itinerantes que mostraban sus danzas originales por el país en un momento en el que estaban a punto de desaparecer.
Frente a esas imágenes documento está toda la producción de ficción del western y la narrativa de la conquista del oeste. De alguna manera siento que se han dejado fuera lo más interesante. No sé, quizá porque parte de mi familia vive en la zona que se consideraba el lejano oeste en Arizona, porque el tema me interesa y porque hay tanto que explorar en lo desconocido que me parece que se podría haber llevado a cabo una reflexión más interesante y menos llena de clichés. En cualquier caso disfruté viéndolo.
¡Gracias, matarifes!
Una pieza casi onírica al servicio del entretenimiento.
Los medios, la puesta en escena, lxs actores/actrices y músicos al son de una ejecución muy medida y trabajada.
A nivel personal, me fascinaría más que todo ese esfuerzo hubiera respondido a pulsiones más vitales.
Cuando me levanto de una butaca, me gusta saber que estaré varias horas después aún tocada por lo que he visto. Esta vez no sucedió así. Me reí y despertó mi curiosidad, pero al rato se me pasó.
Como sospechaba, la obra Deadtown me dejó muy poco poso. De hecho no me había vuelta a acordar de ella hasta que recibí el recordatorio para escribir estas líneas.
No sé si eso quiere decir mucho, pero para mí las obras importantes te acompañan una vez han terminado, algunas toda la vida.
Fue divertido, fue entretenido, pero no memorable. Aunque a veces lo único que necesitas es pasar dos horas divertidas. Para eso, sí sirve.